martes, 14 de abril de 2009

TERMICAS Y SALUD

La Asociación Necesito Respirar conjuntamente con la Plataforma Aire Limpio – Térmicas No, organizan, el próximo sábado 18 de abril, una charla coloquio con la intención de dar a conocer los graves perjuicios, tanto medioambientales, como sobre la salud, que provocaría la construcción de una central térmica de ciclo combinado en Villamanrique de Tajo.

El experto en el sector de la energía, Ladislao Martínez, miembro de Ecologistas en Acción y Emilio Hernández, médico de familia y Master en Salud Pública, serán los encargado de presidir y moderar el acto que se celebrara el próximo día 18 de abril, a las 18:00 horas, en el salón de actos de la Casa de la Cultura de Villmanrique de Tajo.



Entre los impactos destacan la emisión directa de más de 2 millones de Tm al año de CO2, principal gas responsable del cambio climático y de cantidades significativas de metano, que también contribuye a dicho proceso. Además se prevén unas emisiones de unos 250 kg por hora de óxidos de nitrógeno (NOx) cuando funcione con gas y 438 kg por hora cuando la haga con gasoil. En este último caso se emitirán también unos 500 kg a la hora de dióxido de azufre (SO2). Ambos gases son importantes contaminantes del aire y forman las lluvias ácidas. La nueva central será uno de los principales focos emisores puntuales de NOx de la CAM. Los óxidos de nitrógeno bajo la acción de la luz solar, sobre todo en verano, provocan la formación de ozono, contaminante bien conocido por las poblaciones de la periferia de la ciudad de Madrid porque periódicamente supera las concentraciones límite autorizadas.

La central necesita unos 450 litros de agua por segundo para refrigeración (equivalente al consumo doméstico de unos 265.000 madrileños). Este agua se tomaría del Tajo disminuyendo la calidad de sus aguas, ya que la central utilizaría productos fitotóxicos para limpiar sus conducciones de agua, lo que agravaría la ya delicada situación del río.

El impacto económico sobre la zona también será negativo, ya que, aunque la inversión será superior a los 400 millones de euros (unos 66.000 millones de pta) sólo generará unos 30-35 puestos de trabajo estables. Por contra producirá un efecto negativo sobre la agricultura, tanto por los impactos ambientales directos, como por la percepción negativa sobre productos agrícolas producidos en la proximidad de grandes instalaciones industriales. Las actividades económicas vinculadas al ocio también se verán perjudicadas.

Las asociaciones convocantes señalan que esta es la cuarta central térmica que se quiere construir la zona:

- Villamanrique de Tajo (Iberdrola – 800 MW)
- Morata de Tajuña (Electrabel – 1200 MW)
- Extremera (Endesa – 1200 MW)
- Barajas de Melo (Hidroeléctrica del Cantábrico – 800 MW)

De aprobarse todos los proyectos, los impactos sobre el medio y muy especialmente la calidad del aire de la zona, serían inaceptables, en una zona de por sí deprimida y ya muy castigada.

Resaltan además que los proyectos son especialmente irracionales ya que existe un gran exceso de potencia de generación eléctrica en todo el sistema peninsular. Frente a la demanda máxima de potencia histórica (45.450 MW a las 18:53 del 17 de diciembre de 2007), la capacidad de generación es superior a los 90.000 MW a 1 de enero de 2009. A esto hay que sumar el descenso en la demanda de energía de estos últimos meses, un 8,3% en marzo, un 9,7% en febrero y un 2,9% en el mes de enero, lo que ha llevado a reducir la producción de energía eléctrica de las centrales de ciclo combinado en casi un 30%.


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